Septiembre de 2018 |
Llegamos a Pola de Lena a las 3 de la tarde de aquel viernes 28 de septiembre de 2018. Después de comer y tras un breve descanso, intentamos llegar a la casa rural, Ca'mi Güela, que teníamos previamente reservada. Se trata de un edificio de piedra de dos plantas, típica casa asturiana del s. XIX, totalmente restaurada situada a media ladera en el lugar conocido como Nembra en el concejo de Aller. Para llegar, desde la A-66, a medio camino entre Pola de Lena y Mieres, tomamos la AS-112 dirección Moreda. |
Acceso
directo
La Llegada Santa Cristina de Lena Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa San Pedro de Arrojo Siguiendo el río Trubia Bueño, el pueblo de los 50 hórreos Santa María del Naranco San Miguel de Lillo Cabo de Peñas Inicio Montelouro |
Bandera de Asturias |
Esta
carretera, siguiendo el cauce del río Negro hacia Santibanes
de Murias, nos lleva hasta Nembra.
Allí hay que buscarse la vida pues encontrar la casa rural resultó harto
difícil. En Nembra y otros
lugares vecinos, encontramos el valle del río Negro que nace a
más de 2.000 m. de altura y debe su nombre al color negro del carbón de
los lavaderos que existieron durante buena parte del s. XIX. Hoy día las
aguas de este río son limpias y cristalinas. |
VER MAPA |
El acceso a la casa rural se realiza
atravesando un puente de la misma anchura que el coche, más un
centímetro a cada lado, hasta llegar al pie de una rampa. Hay que
acelerar, como si del despegue de un avión se tratase, para subir hasta
la casa con una pendiente de casi 30 grados. Al llegar arriba hay un
espacio mínimo para aparcar un coche por lo que encontramos más
conveniente subir marcha atrás y con peligro serio de despeño por la
montaña. La pericia de nuestros conductores resolvió el problema. |
Vista de la Casa Rural. Fachada oeste. |
La casa
nos pareció muy confortable con servicios completos de cocina,
electrodomésticos, tres dormitorios, dos baños, salón con chimenea y
hermosas vistas al valle del río Negro. Una escalera de caracol
daba acceso a los dormitorios en el piso superior. Cómodos divanes,
sillas y amplia mesa daban descanso y servicio a nuestros agotados
cuerpos. Recomendaríamos esta casa rural con el
inconveniente del
aparcamiento. |
___________________________________________________________________________________________ Santa Cristina de Lena |
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Ya cerca, nos aparece la iglesia a través de un claro del bosque. |
Vemos grupos de casas aisladas entre la espesa vegetación donde abundan
las brañas y zonas verdes de pasto de verano y en la lejanía las altas
cumbres de algunos picos notables de la cordillera cantábrica.
Aproximadamente a mitad de camino y a través de un claro del
bosque distinguimos la iglesia que se yergue aislada sobre una verde
colina. Por su soledad y la singularidad del lugar pensamos que su
constructor supo escoger bien el emplazamiento de esta iglesia. |
Al
llegar a la colina encontramos la iglesia y su entorno perfectamente
limpio y cuidado. Nos dedicamos a hacer fotos en torno a la iglesia
antes de pasar al interior. Se trata de una construcción con planta en
forma de cruz griega con cuatro salientes simétricos en cada lado que
corresponden a dos cámaras o estancias situadas en los lados norte y
sur, la entrada queda hacia el oeste y la cabecera orientada al este.
Llama la atención la simetría de su estructura y la forma de
construcción reforzada por numerosos contrafuertes (contamos 14 a cada
lado) por lo que había sido
conocida como "iglesia de las esquinas". Todo el terreno que la rodea
está delimitado por una valla de madera. Un paseo por el lugar nos
muestra unas hermosas vistas del valle de Lena, lugar que debió
servir de importante encrucijada de caminos entre Asturias y
Castilla-León a través del puerto de Pajares. |
La iglesia de Santa Cristina de Lena es uno de los edificios más
destacados del arte prerrománico asturiano adscrita al período ramirense
bajo los reinados de Ramiro I (842-850) y de su hijo Ordoño I
(850-866). No existe documentación sobre su construcción por lo que sus
orígenes aparecen confusos. Parece que hubo una primera construcción a
mediados del s. VII, debido a la existencia de piezas visigóticas
reutilizadas en la construcción actual durante el reinado de los
mencionados reyes astures a mediados del s.IX. En el s. XIX se
realizaron obras de restauración y en el s. XX sufrió nuevas obras
reparando destrozos sufridos durante la revolución de Asturias de
octubre de 1934. |
Fachada este. Capilla mayor. |
Fachada oeste. Vestíbulo y entrada principal.
Por su estilo arquitectónico, aunque algo más tosco, no parece haber duda de su relación con la edificación del conjunto palatino del monte Naranco en Oviedo. Santa Cristina de Lena fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1885, y distinguida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985.
Entre dos gruesos contrafuertes, entramos a la iglesia a través de su
única portada situada en la fachada oeste y formada por un arco de medio
punto apoyado sobre columnas sin decoración. En el interior una señora
que hace las funciones de guía, nos reúne en un pequeño grupo y nos va
dando explicaciones sobre la iglesia. Tras la portada atravesamos una
especie de vestíbulo cubierto, entre el atrio y el templo.
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La cabecera de la iglesia la forma la parte saliente que mira hacia el
este (ver esquema de la planta) cuyo suelo aparece más elevado que el resto de la nave y del cual
está separado por un
conjunto de tres arcos de medio punto con dos pequeñas escaleras
laterales. Este conjunto, llamado iconostasio
(del griego
εἰκονοστάσιον, exposición de
imagenes) separa
el espacio entre fieles y oficiantes. Llama la atención la
presencia de tres grandes placas labradas dispuestas entre las dos columnas
centrales. En una de ellas consta el nombre de un personaje y la fecha
correspondiente al año 643, por lo que no cabe duda de que se trataría
de alguna placa funeraria visigótica reaprovechada. |
A la izquierda, cabecera con los tres arcos formando el iconostasio. A la derecha, detalle del iconostasio con las placas labradas de probable orígen visigótico. |
____________________________________________________________________________________________________________________________ Parque Natural de Las Ubiñas - La Mesa |
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Parque Natural de Las Ubiñas - La Mesa. Vista desde el alto de la cobertoira mirando hacia el oeste (1.174 m.) |
Por
su interesante patrimonio cultural y etnográfico, este parque forma
parte de la Reserva de la Biosfera desde 2012, siendo un espacio
de especial protección por su estado de conservación y variedad de fauna
y flora ya que en él, amén de otras especies de aves y mamíferos,
habitan el urogallo y el oso pardo, animales incluidos en el catálogo de
Especies Amenazadas. Gran parte del parque está poblado por
frondosos bosques de hayas, robles y castaños, entre otros, salpicados
con pequeños caseríos y pueblos de arquitectura tradicional asturiana
entre brañas, verdes zonas de pasto y tímidos afloramientos de la roca
madre. Desde el Alto de La Cobertoira (1.174 m), la carretera
AS-230 desciende en moderada pendiente, salvo las correspondientes
vueltas y revueltas propias del terreno, hasta continuar siguiendo el
curso del río Trubia, afluente del río Nalón, para llegar
al pueblo de Bárzana, donde ya, hambrientos hasta la rabia,
paramos a comer.
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Bárzana es la capital del concejo de Quirós y es el núcleo
de población más importante de este concejo. La carretera que seguimos
queda enmarcada, por la derecha, por la Sierra del Aramo con
alturas superiores a los 1.200 metros y por la izquierda sigue el
mencionado límite con el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa.
Entramos a comer en Casa Jamallo. El local, cómodo y muy
agradable, favoreció la conversación y el descanso. Su menú, permite
disfrutar de los productos de la tierra, y, como era obligado nos
metimos entre pecho y espalda la fabada más rica y sabrosa que hayamos
podido comer. Un diez sobre diez.
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Fabes de piel fina y suave, como perlas esperando su engarce, un chorizo de sabor artesano de campeonato acompañado de reventona morcilla, buque insignia que abre su vientre, esparciendo su contenido cuando se araña su piel, pintando de sabrosa negrura un buen taco de panceta curada que navega tembloroso como un enorme iceberg. Eso es la fabada asturiana.
Un artefacto automático escanciador de sidra, parecido a una cafetera de
tamaño sobresaliente,
nos acompañó durante la comida. |
____________________________________________________________________________________________________________________________ San Pedro de Arrojo |
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Iglesia de San Pedro de Arrojo, fachada sur con la vista del ábside a la derecha en caída libre. |
La iglesia consta de una sola nave en planta rectangular con ábside semicircular, con cubrición de bóveda de cañón y madera a dos vertientes. La iglesia está dividida en cuatro tramos que se corresponden con los contrafuertes que observamos en el exterior. El alero del tejado está recorrido por una serie de canecillos con una variada decoración. |
Entrada principal en la fachada oeste. |
Capiteles sobre las columnas en la puerta de entrada |
La fachada occidental, que es donde se encuentra la entrada principal,
presenta varias arquivoltas labradas en forma de zig-zag y puntas de
diamante, sostenidas por tres columnas a cada lado. Sólo los capiteles
del lado derecho presentan una elaborada decoración con diversas figuras
de variado simbolismo. Nosotros no pudimos visitar el interior de esta
iglesia por estar cerrada en aquella hora y lo único que pudimos hacer
es recorrer el exterior y comprobar que ninguno de los sellos-testigo de
yeso que se han colocado sobre algunas de las grietas del ábside
presenta deterioro. Lo que no sabemos es cuando se pusieron. |
___________________________________________________________________________________________________________________________ Siguiendo el río Trubia |
Continuando nuestro viaje por la carretera AS-229, a pocos kilómetros, llegamos al Embalse de Valdemurio que represa las aguas del río Trubia. Se trata de un espacio natural de gran belleza en donde se practican actividades náuticas, incluida la pesca deportiva, así como varias rutas de senderismo. El río Trubia, en su camino hacia el norte, acaba rindiendo sus aguas en el río Nalón, verdadera columna vertebral de Asturias, quien finalmente vierte su caudal en el mar Cantábrico.
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Embalse de Valdemurio. Vista desde el área recreativa. |
Cabecera del embalse de Valdemurio. Al fondo dejamos las cumbres de la Sierra del Aramo. |
Al llegar al embalse, aparcamos el coche en el área recreativa y estuvimos dando un paseo contemplando unas hermosas vistas. Al fondo pueden verse alguno de los picos más altos de la Sierra del Aramo que hemos dejado a nuestras espaldas.
En esta zona es muy conocida, y transitada, la
Via Verde de la Senda del Oso.
Esta popular senda está formada por dos ramales que se unen en un tramo
común, siguiendo el curso del río Trubia por el valle de
Quirós bordeando, en parte, el embalse de Valdemurio. Es una de las rutas más conocidas de Asturias, adaptada
para el senderismo y el cicloculturismo, que discurre por un terreno
asfaltado y sin apenas desnivel. |
La senda del Oso está construida
aprovechando el trazado de un antiguo tren minero que transportaba
carbón. Escoltados por altísimas paredes verticales de piedra, ambos,
río y senda, atraviesan desfiladeros, como el de Peñas Juntas, lo
que nos recordó un viaje por la Garganta del Cares (Caín,
León) en uno de nuestros anteriores viajes (Riaño y Picos de
Europa). Después de continuar por la carretera AS-229, nos detuvimos
para hacer fotos de alguno de los túneles que atraviesa la senda antes
de llegar a Villanueva donde finaliza. |
Desfiladero de Peñas Juntas |
Aunque nos hubiera gustado, no hicimos ningún trayecto por la
senda del Oso,
ni visitamos el cercado donde guardan una pareja de osos que, por lo
visto, atraen mucho la atención. Esto lo dejaremos para otra ocasión.
Ya, avanzada la tarde, aun teníamos que continuar para intentar visitar
el último objetivo que nos habíamos propuesto en esta jornada tan densa:
el pueblo de Bueño o pueblo de los "cincuenta hórreos". |
Uno de los túneles, antíguo ferrocarril, por donde discurre la Senda del Oso. |
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Después de recorrer la ruta que sigue el curso del río Trubia por la AS-229, que a partir de Villanueva pasa a llamarse AS-228, llegamos al cruce con la N-634 dirección Oviedo hasta encontrar, gracias al GPS, el pueblo de Bueño o Güeñu, ya que ambas denominaciones son oficiales, conocido también como "pueblo asturiano de los 50 hórreos", en donde puede decirse que hay casi tantos como viviendas. Está situado en la vega del río Nalón, en el municipio de Ribera de Arriba. En el año 2012, este pueblo fue galardonado con el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias otorgado por la Fundación Príncipe de Asturias por su cuidado y limpio aspecto, respetuoso con el medio ambiente y tradiciones populares |
Fundación Príncipe de Asturias |
Hórreo con escalera exterior de piedra. |
La existencia del hórreo asturiano se debe a la necesidad de almacenar y proteger cosechas y matanzas por sus cualidades de conservación y temperatura en un clima húmedo y lluvioso. Se tiene constancia de su existencia desde el siglo IX. El roble y el castaño, abundante en tiempos pasados en los bosques asturianos, es el principal material usado para la construcción de sus vigas y maderas.
Se pueden distinguir dos tipos de construcciones: el hórreo es de
planta cuadrada y se sostiene por cuatro pies o pegollos, generalmente
con techo de cuatro vertientes, la panera tiene seis o más pies
y, según el tipo de decoración y color, pueden dividirse en tres
estilos: Allende, Villaviciosa y Carreño. |
Glosario
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La
panera, a diferencia del hórreo, es de planta rectangular sostenida por
tres o más pares de pegoyos, como esta que vemos a la derecha, que tiene
cuatro. La cubierta remata con dos "moños" que corresponden a los
extremos de una viga cumbrera horizontal. Las casas de ricos o personas
notables acometían la construcción de la panera por necesidades de mayor
almacenamiento. Con el tiempo, muchas de ellas pasaron a ser comunales. |
En el centro tenemos una panera. |
Hay hórreos por todas partes |
Al llegar al pueblo nos fuimos cada uno por su lado para ver y
fotografiar varios hórreos. En la plaza del centro del pueblo había un
paisano sentado en un banco que cada vez que uno de nosotros pasaba por
allí, se acercaba y amablemente narraba la historia del pueblo y de sus
hórreos. Al final resultó que, como cada uno de nosotros andaba por su
lado, el hombre nos contó su historia cinco veces por lo menos. |
El paseo por el pueblo nos deja ver hórreos y paneras de distintas
épocas construidos desde el siglo XVI al XX, estando el más antiguo de
ellos, levantado en el centro del pueblo, notable por el enorme grosor
sus vigas. Los hórreos se encuentran desperdigados por todo el pueblo
junto a casas de reciente construcción y muchas veces junto a
ellos para ser utilizados como almacén. Existe una ruta
interpretativa en la que se menciona que hay 46 hórreos; nosotros
contamos hasta 38 entre hórreos y paneras. |
Dos mejor que uno. |
Desde el pueblo parten varios caminos a lo largo de los cuales, los hórreos se encuentran casi sin interrupción. Muchos de ellos aparecen decorados con distintos motivos y grabados en puertas y colondras.Finalmente, por la A-66 dirección sur regresamos a Pola de Lena y a nuestra casa rural en Nembra, cerrando así el círculo de nuestra excursión. Mañana nos espera otra buena, así que después de cenar nos embutimos cada uno en su sobre y, ¡hasta mañana! |
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Santa María del Naranco |
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Santa María del Naranco, fachadas oeste y sur. |
Fachada este con el mirador en primer término donde se encuentra el ara. |
El edificio de Santa María del Naranco es de planta rectangular estructurado en dos pisos. Cada uno de ellos se encuentra dividido en tres espacios bien diferenciados, uno central y dos laterales en los extremos del central, donde hallamos los miradores al este y al oeste. Al piso superior se accede por una escalera doble exterior situada en la fachada norte, al piso inferior puede accederse directamente por las fachadas sur y oeste. En el piso superior el gran cuerpo central serviría como salón para recepciones y festejos. |
Fachada norte con la escalera doble de acceso a la planta principal. | Vista de parte de la escalera doble con el mirador orientado el este. |
Ramiro I reinó durante ocho años pero fue el que dio impulso a la
construcción de estos edificios palatinos, dando nombre al llamado
estilo ramirense, así como a toda una serie de construcciones
anejas, probablemente de madera, de las que no ha quedado vestigio.
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Crónica de Alfonso III, versión Sebastianense, ca 885 |
Vista de los arcos laterales y parte de la gran bóveda. |
Uno de los aspectos más ilustrativos que encontramos en el gran salón central del piso superior es su impresionante bóveda de cañón reforzada por arcos transversales que descansan sobre una arquería ciega, que a su vez se apoyan sobre grupos de columnas decoradas. Este sistema de construcción nos recordó a otro parecido que habíamos visto el día anterior en la iglesia de Santa Cristina de Lena. |
Otro detalle que llamó poderosamente nuestra atención es el efecto, que posiblemente quiso obtener el arquitecto, al hacer que la distancia entre sí de las columnas y la altura de los arcos correspondientes vaya decreciendo progresivamente hacia los lados, obteniendo así un efecto óptico de mayor profundidad.
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Fondo este de la nave central. |
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Vista exterior del mirador del lado este. | Vistas desde el interor del mirador del lado este. |
En los dos extremos laterales se encuentran sendos miradores, orientados al este y oeste, como espacios abiertos con hermosas vistas al valle y a la ciudad de Oviedo. El mirador del este tiene un ara de consagración.
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Parte de la bóveda del piso inferior. |
El piso inferior presenta dos estancias laterales y una central más grande con techo abovedado reforzado por cinco arcos fajones que apoyan sobre una bancada corrida extendida a lo largo de los lados laterales. Se ha supuesto que este piso inferior podría estar destinado para distintos servicios, recibir audiencias o como almacén. |
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San Miguel de Lillo |
La iglesia de San Miguel de Lillo fue mandada construir por Ramiro I hacia 842 a escasos doscientos metros de Santa María del Naranco en la misma ladera del monte Naranco. Por sus características constructivas se supone que Ramiro I la encargó al mismo arquitecto que hiciera el palacio de Santa María del Naranco, un genial arquitecto del que, exceptuando ambas obras, no se conoce ni su nombre ni ninguna otra obra con características similares. |
Su diseño debió ser muy complejo debido a las distintas alturas de la
nave central, pórtico y piezas laterales. Exteriormente los muros de sillarejo, excepto en las esquinas,
muestran los contrafuertes entre los que se abren varias celosías actualmente cubiertas por paneles
protectores. La iglesia es de planta basilical con tres naves de las que solo se conserva el vestíbulo sobre el que se encuentra la tribuna real a la que se accede por dos escaleras laterales. Los techos están abovedados con la particularidad de que son perpendiculares entre sí y de distinta altura. Las columnas interiores, decoradas y con grandes capiteles, sirven de apoyo a arquerías ciegas, también decoradas con distintos motivos.
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Entrada principal en la fachada oeste. |
Fachada oeste con la entrada y lado sur. | Lado este con la zona reconstruida en primer término. |
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Al llegar a la iglesia, se da uno cuenta de que en el edificio predomina la dimensión vertical, dando la impresión de que le falta un buen trozo. Efectivamente, a finales del s. XI, un derrumbe de tierras se llevó por delante gran parte del edificio del que solo quedó aproximadamente un tercio en la parte occidental, que es lo que vemos hoy día. En el s. XII se reconstruyó parte del mismo consolidando el tramo conservado. En sustitución de la parte derrumbada se añadió una improvisada cabecera, que más parece un tosco galpón que una obra acorde con la grandiosidad del edificio. |
En el s. XII los restos que quedaron tras el derrumbe fueron cerrados con un muro para volver a dotar al edificio de uso litúrgico. De esta forma, se construyó, de forma un tanto chapucera, una capilla rectangular, que es la que aparece en primer término en la imagen del lado este y que corresponde a la zona señalada en rojo en el esquema de la planta. La suma de gris y negro en este esquema es lo que se supone debió ser la planta original. |
Un detalle que llama la atención desde el exterior es la presencia de las celosías situadas en las naves transversales y en la fachada oeste donde se encuentra la entrada principal. Algunas son verdaderas filigranas hechas de estuco o piedra, en varios casos de una sola pieza. En aquellas paredes exteriores que fueron reconstruidas, se pueden ver trozos de columnas y fragmentos del derrumbamiento reutilizados para la construcción y consolidación posterior. La visita al interior demuestra el deterioro que ha sufrido la iglesia; paredes con manchas de humedad, soportes de obra y trabajos de restauración. El interior está decorado con pinturas al fresco de motivos geométricos y figuras humanas, algunas muy deterioradas. En la actualidad, la iglesia sigue presentando problemas de humedad y riesgos en la estabilidad, habiendo recibido varias intervenciones para consolidar su estructura. Fue una pena que no nos dejaran hacer fotos en el interior. |
Celosia firmada en la parte central de la fachada oeste. |
____________________________________________________________________________________________________________________________ Cabo de Peñas |
El promontorio formado por el cabo de Peñas con el mirador arriba, a la derecha. |
Vista de los acantilados desde el mirador hacia el este. |
Después de comer aun nos quedaba pendiente asomarnos al mar, así que siguiendo la A-66 dirección norte, llegamos a la A-8 o autopista del Cantábrico, hasta llegar, por carreteras secundarias, al Cabo de Peñas. Este es el punto más septentrional del Asturias. Sobresale como un grano en el perfil casi lineal de la costa cantábrica entre Avilés y Gijón. Tiene la forma de la proa de un barco que hunde sus acantilados en las profundidades marinas, con algunos islotes desperdigados hacia el norte. |
Forma parte de la Red Europea de espacios Protegidos de la Red Natura
2000 y de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA),
debido a la presencia de aves marinas nidificantes y migratorias. Como
pudimos comprobar las vistas son espectaculares. Los acantilados de esta
zona alcanzan los cien metros de altura formando un conjunto de especial
belleza como mirador natural. El faro de Cabo de Peñas ha sido
luz y guía de pescadores y navegantes desde 1852, resultando ser el más
importante del litoral asturiano con un haz de luz que, con buen tiempo,
alcanza más de 40 millas.
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