Mamoas_del_Barbanza

Mámoa Casota do Páramo
Mámoa de Casota do Páramo

MÁMOAS DE LA SIERRA DEL BARBANZA (A Coruña).

Son tumbas monumentales hechas con grandes losas de piedra y cubiertas de tierra con objeto de permanecer visibles desde lejos. Probablemente pertenecían a un clan o grupo familiar donde enterraban a sus muertos con el ajuar y las ofrendas. A esta, en particular, se le calcula unos 6.000 años de antigüedad.

La cámara está hecha con 7 grandes losas de granito (entre 2 y 4 toneladas) y un techo, actualmente descolocado y partido. A la cámara se entraba por un corredor, hecho con losas de piedra algo menores y orientado al sol naciente.

El túmulo es una acumulación de tierra, de unos 20 m. de diámetro, que aun puede verse en parte, que daría volumen y magnificencia al monumento.

En una de las losas hay algunos grabados de dudosa interpretación.

Recorriendo las crestas y valles en los montes de la Sierra del Barbanza, desde os chans do Iroite hacia el sur, se han documentado más de 30 mámoas, todas ellas relativamente próximas.

Son el vestigio de una ruta que señala probablemente la existencia de un lugar mágico para reposo de los muertos, con la idea de retener sus espíritus cerca de su gente y así servir de mediadores en el mundo de ultratumba. Ello indica la creencia del hombre primitivo en una dimensión supraterrenal de carácter espiritual.

Muchas de estas mámoas, sino todas, sufrieron actos vandálicos en busca de supuestos tesoros. Algunas son difícilmente reconocibles, mostrando, además, el deterioro producido por el paso del tiempo.

Mámoa de Casamea

Mámoa A Cova da Moura

A Cova da Moura es una mámoa situada en la ladera norte del monte Tállara (483 m.) en el lugar denominado "O Páramo", un pequeño puerto por el que discurre un camino o paso natural que comunica la Sierra del Barbanza con las tierras bajas de la ría de Muros y Noia.

      Perpetuando el carácter funerario de este lugar hasta nuestros días, en las inmediaciones discurre el llamado "Camiño Sacramental" por donde iban a enterrar a los difuntos a la iglesia de Argalo.

       Cuentan las leyendas que una mora habitaba en este lugar y que en su interior había un pozo encantado en el que aún pueden oírse algunos cantos. También se cuenta que encierra un gran tesoro.

La losa más grande que formaba el techo fue robada en tiempos históricos.

A la derecha, esquema de una vista en planta de A Cova da Moura (arriba).

La cámara funeraria es de forma ovoidal con siete ortostatos (piedras clavadas verticalmente) y un corredor de dos losas orientado hacia el este.

La pretendida monumentalidad aparece representada por un gran montón de tierra que rodea el monumento y que aun puede apreciarse.

En las proximidades han aparecido utensilios de cerámica, hachas y puntas de flecha de piedra, probablemente restos de un ajuar funerario.