La Serranía de Cuenca

                  Diciembre 2009

ituada al nordeste de la provincia de Cuenca, comprende un territorio en donde abundan las rocas calizas y areniscas de color rojizo, formando mesetas de cumbres extensas y aplanadas .

    Con una extensión de más de 70.00 hectáreas, el terreno aparece cortado por valles de laderas escarpadas (hoces)  con ríos que han ido erosionando la roca dando origen a las numerosas y caprichosas formaciones tan típicas de la Serranía Norte de Cuenca. 

    Declarado Parque Natural en 2007, gran parte del paisaje sobresale por la presencia de extensos pinares que, junto con otras especies arbóreas, tapizan las faldas de las montañas dando cobijo a diversas variedades de mamíferos, aves y numerosa fauna acuática.

 


 Plantaciones de mimbre sobre un fondo de extensos pinares.


 Una calle en el pueblo de La Frontera durante un descanso.



Extensos pinares sobre la base de escarpadas muelas que dominan el paisaje. 

     En este viaje nos albergamos en el Real Balneario de Solán de Cabras. Viajando por la autovía A-40 llegamos cerca de Cuenca donde tomamos  la N-320 dirección norte para continuar posteriormente por la carretera comarcal CM-210 hasta el pueblo de Vadillos, de donde parte una corta carretera local que nos llevó al balneario.

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   EL paisaje de prados y tierras de labranza cambia a formaciones rocosas y bosques a medida que  seguimos la carretera CM-210 hacia el Norte. Mas arriba del pueblo de La Frontera, y a partir de Cañamares, el paisaje se torna totalmente distinto debido a la presencia de los ríos Escabas, Guadiela y sus pequeños afluentes y, sobre todo, a las formaciones rocosas en forma de "muelas" con extensos pinares que, junto con el vecino Parque Natural del Alto Tajo, dan un sello de identidad único, conformando una de las masas forestales naturales mas extensas de España. 


Ya próximos a nuestro destino contemplamos enormes muros de piedra que flanquean la carretera. 

 


Una vista desde la ventana de nuestro apartamento con el 
puente sobre el río Cuervo en el fondo. 
 


Llegada a los apartamentos.

   El Real Balneario de Solán de Cabras data de la época de Carlos III cuando se construyeron los baños y la casa hospedería, base de las actuales instalaciones.  
   
Está situado en un paraje privilegiado en el fondo de un valle formado por el río Cuervo, afluente del Guadiela, y coronado por imponentes formaciones rocosas con abundante vegetación de pinos, robles, tilos y boj.

    

 

 


 Vista de los apartamentos con el río Cuervo pasando bajo el puente. 

La Hoz de Beteta

     La hoz de Beteta esta formada por un pliegue de la corteza terrestre, resultado de fuerzas de comprensión sobre materiales relativamente blandos y flexibles - arcillas plásticas del Triásico - formando un surco o valle de algo mas de 8 Km. de longitud y 2 Km. de anchura máxima. La hoz queda así enmarcada por impresionantes muros verticales de piedra caliza cubiertos de abundante vegetación por donde discurre el río Guadiela, afluente del Tajo.

    La carretera que va de Vadillos a Beteta discurre por esta hoz resultando un conjunto de una belleza espectacular que ofrece la posibilidad de caminar por varios lugares donde  contemplar, no solo hermosas vistas sino además la variedad de flora existente.  A lo largo del paseo encontramos varias fuentes que surgen de entre las rocas.

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                                 Caminando por el fondo del valle en la Hoz de Beteta.



Las enormes formaciones rocosas entre pinos dominan el paisaje.

     Siguiendo esta carretera, en el p.K. 46 hay un apartado a la entrada de un camino donde puede dejarse el coche. Desde allí realizamos una excursión por el llamado Paseo Ecológico. 

 

    Es un trayecto de unos 2 Km por el fondo del valle, donde admiramos la variedad de flora existente con algunas especies muy curiosas.

    Hay caminos y pasadizos bien marcados por los que se puede llegar a varios lugares, como la Peña del Castillo, la Cueva de la Ramera y la Fuente de los Tilos.

 


Caminos y pasarelas que conducen a lugares destacados.

 


 Arboles cubiertos de musgo y densa vegetación.

    

 

    En el paseo ecológico que realizamos la espesura del bosque en algunos lugares dificultaba el paso.  

El camino está poblado por una extensa variedad de especies como sauces, chopos, avellanos, pinos, álamos, acebos, boj, tejo, espliego y tilos.  En algún momento la desnudez de los árboles deja ver las imponentes masas rocosas del entorno.

    Hasta nos llamó la atención la presencia de la Grasilla, planta carnívora que nace entre las rocas.


                                   Grasilla (Pinguícula vulgaris)

 


Vista del pueblo de Beteta con el castillo al fondo.

    Fin de la hoz, llegamos a Beteta. Una vista parcial del pueblo  con el castillo, llamado de Rochafrida, sobre un cerro, al fondo.

    El castillo fue construido en el s. XIII sirviendo de frontera frente al dominio musulmán.

    Actualmente está en ruinas conservando los basamentos, parte de la torre del homenaje y algo de los fosos.

 

 

     

              Procesionaria del pino

Los pinares de la Serranía de Cuenca son un auténtico paraíso para la Procesionaria del Pino (Thaumetopoea pityocampa Schiff). Esta oruga produce  la defoliación que, si bien no mata al árbol, lo debilita en gran medida favoreciendo el ataque de otros parásitos.

   
    Las orugas construyen bolsas o bolsones entre las acículas del pino donde guarecerse del frio durante el invierno. Cuando descienden del arbol en primavera forman largas filas características (de ahí su nombre), se entierran y crisalidan formando un capullo.
   
    De las crisálidas salen en verano las mariposas que se aparean y ponen los huevos en las acículas del pino, cerrando de esta forma su ciclo vital. Las orugas poseen unos pelos urticantes que se desprenden muy fácilmente pudiendo ser trasportados por el viento y producir manifestaciones alérgicas, a veces severas, en el hombre y animales.

    En este viaje quedamos tristemente impresionados al contemplar grandes extensiones de pinos llenos de bolsones producidos por esta oruga. Muchos parecian árboles de Navidad llenos de adornos. Bien pudiera ser que estos pinares tuvieran los dias contados sino se controla eficazmente la extensión de esta plaga.

 

                                                                                                  

El Nacimiento del Río Cuervo

    La carretera que va de Beteta a Tragacete (CM-2201 y CM-2106) discurre por las altas parameras de la Serranía de Cuenca. Seguimos un terreno en donde se  suceden suaves y pequeñas lomas entre planicies mas o menos extensas. 

El otoño se hace patente debido al color dorado de algunas especies arbustivas.

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    Después de recorrer unos 30 Km. llegamos a un paraje perfectamente indicado en donde dejar el coche. Desde allí es necesario remontar a pie durante algo mas de 1 Km. por senderos bien marcados, hasta llegar al Nacimiento del Río Cuervo.

    En el camino encontramos una explanada del terreno donde descansar a la sombra de algunos pinos, si el tiempo acompaña, es un regalo.

 


El agua del río vierte en algunos lugares en las proximidades del Nacimiento del río Cuervo.

 

Declarado Monumento Nacional en 1999, el Nacimiento del Río Cuervo es un manantial de tipo travertínico. La gran cantidad de  carbonato cálcico disuelto en las aguas del río precipita debido al consumo de CO2 provocado por la presencia de plantas en el lecho.

    De esta forma se forman unas plataformas que pueden contener grandes oquedades en su interior y por las que se despeña el río en forma de láminas de agua.

   La precipitación del carbonato cálcico favorece que la vegetación quede adherida sirviendo así de soporte para que se adhiera nuevo material.

 


La zona mas extensa de cornisas permanece seca en esta época del año.

En nuestra visita a finales de otoño, el caudal es muy bajo por lo que algunas cornisas por donde vierte el agua permanecían secas.

 

 

No obstante, la abundancia de agua ha favorecido el crecimiento de una tupida vegetación de arbustos formada por sauces, tilos, arces, avellanos y acebos.

El agua del río, que brota del fondo de una cueva,  recorre sus primeros metros formando varias pozas o pequeñas lagunas con un agua limpia y trasparente. 

 


Una gran laguna en las proximidades del nacimiento de río Cuervo rodeada de abundante vegetación


Todo este lugar, por su belleza escénica, configura uno de los valores paisajísticos más destacados de la región.


La Ciudad Encantada

La Ciudad Encantada de Cuenca se encuentra situada en Valdecabras. Ocupa un extenso pinar en un paraje natural de formaciones rocosas (formaciones kársticas en el argot científico) que semejan fantásticas figuras creadas por los caprichos de la naturaleza y a una altitud de 1.500 metros. Fue declarada Sitio Natural de Interés Nacional en 1929.

Está ubicada en una finca particular a la que se accede por las indicaciones que encontramos siguiendo el curso del río Júcar y el embalse de la Toba, dirección a Cuenca.

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El Tormo Alto se encuentra a la entrada. Es el símbolo de la Ciudad Encantada

En este laberinto de formaciones rocosas encontramos figuras fantásticas bautizadas con nombres diversos por la imaginación popular. 

Hay formaciones que desafían la gravedad en un alarde de equilibrio milagroso.

El recorrido señalizado es un paseo agradable de unos 3 Km. y de un par de horas de duración, que no presenta ninguna dificultad, discurriendo casi todo el tiempo por amplios caminos horizontales.



Los barcos. Una impresionante hilera de rocas monumentales.

 

Estos fenómenos de erosión diferencial son debidos a la distinta naturaleza y composición de las rocas que ha favorecido que la acción de los elementos naturales (viento, lluvia, hielo...) haya producido un desgaste tan desigual.

La vegetación dominante es el pino y el enebro. Hemos visto buitres y nos dijeron que el zorro y el jabalí se dejan ver entre las rocas en alguna ocasión.

Después de esta visita regresamos a los apartamentos del Balneario después de dar la vuelta completa a nuestra ruta.

 

A la mañana siguiente el día amaneció nublado y con lluvia. La niebla cubría casi por completo las montañas del entorno. El invierno estaba llamando a la puerta. Regresamos con la pena de no haber tenido el tiempo suficiente para una visita más completa. Nos quedaron muchos sitios por visitar y el tiempo no fué todo lo bueno que hubiéramos deseado. Es uno de esos viajes en los que nos vamos pensando que volver será una obligación.


 

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