Monasterio de Carracedo, el Bierzo (León).
El origen de este monasterio se remonta al año 990. Fue fundado por
Bermudo II, rey de León y Galicia, para acoger a los monjes que huían de
las incursiones de Almanzor. Comenzó a construirse a instancias del que fuera arzobispo de
Astorga, Sampiro, cuando el rey donó su villa de
Carrazetum y parte de
sus terrenos a los monjes benedictinos para crear allí su monasterio que
sirviera de panteón real bajo la protección de San Salvador. Parece ser
que el dicho santo salvador no estaba por la labor, o estaba mirando
para otro lado, pues el monasterio, junto con otros tantos sitios en
León, fue destruido pocos años después en una de las
razzias llevadas a cabo
por las fuerzas de Almanzor. Restaurado en 1138 por la infanta doña
Sancha, hija de Raimundo de Borgoña y de doña Urraca, y hermana de
Alfonso VII, convirtió el Monasterio en Palacio Real dándole diversos
privilegios y donaciones que hicieron que el monasterio prosperara hasta
convertirse en una abadía con autoridad sobre una decena de monasterios
existentes en tierras de Asturias, León, Galicia y Zamora además de
poder disponer de varias granjas, viñedos y molinos lo que le dio un
gran importancia económica.
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