Las casas del humo. Riaño.
Veraneábamos en Riaño (León) en
aquellos años de explosiva juventud con el premio del descanso de un
agotador estudio invernal. Aparte de otras importantes labores como
bañarse en el río, hacer excursiones, ir de merienda o compartir con
amigos fiestas y romerías, me dediqué a hacer fotos de aquellos pueblos
ocultos en los valles de la montaña leonesa tapizados de hayedos y
robledales. Ahora, revisando aquellos recuerdos plasmados en el bromuro
de plata del papel fotográfico, encontré
una foto hecha en 1957 de un grupo de casas en la parte cercana
al río Esla en la vega de Riaño, que 60 años después he querido
reproducir en un dibujo a lápiz para que sirva de recuerdo, no solo de
los tiempos de aquella alegre y despreocupada juventud sino también como
testimonio de un entorno y lugar que nunca más volvería a ser lo que
recordamos. En aquel entorno las casas del humo figuraban como referentes de un tipo de construcción sostenible que ha sido reproducido en el cercano pueblo de Lois, Universidad de la Montaña. Debido a su rehabilitación, la casa del humo ha obtenido uno de los premios de la quinta convocatoria de Construcción Sostenible convocados por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. Se trata de un tipo de construcción realizada con gruesos muros de piedra, raramente labrada, pequeñas ventanas o ventanucos y cubierta a dos aguas con gruesos soportes de madera para los cuelmos o cubiertas de paja de centeno. La casa disponía de almacenes y cuadras en la parte baja y espacio de estar, alcoba y cocina en el centro. Según la antigua tradición, la casa se construía aprovechando elementos naturales del entorno sin apenas precisar trabajos de transformación y sin incidencia agresiva sobre el medio natural. Las casas del humo disponían de calefacción central pues el hogar se mantenía en el centro del amplio espacio de la estancia principal. El humo del fuego, que ennegrecía techos y paredes, salía al exterior filtrándose a través del grueso entramado de paja que formaba el techo sirviendo a la vez de secado, caldeo y cocina. Negra por dentro y blanca por fuera, las casas del humo, aunque con diferente tipo de construcción y estructura social nos recuerdan las pallozas que visitamos hace pocos años en Los Ancares, en la provincia de Lugo, en Galicia.
Las compensaciones anunciadas durante aquellas fechas en forma de nuevas
tierras de regadíos nunca fueron cumplidas y así, cuando se cerraron
definitivamente las compuertas, las aguas anegaron para siempre nueve
localidades en lo que había sido una fértil vega con extensos pastos y
abundante cabaña. Un nuevo Riaño fue construido en un paraje cercano
para acoger a los vecinos de las expropiaciones, si bien consta que una
gran mayoría emigró a otros lugares, lo que causó una disminución de un
60% de la población residente. Visitamos el
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